Y si existe alguna verdad universal, entre ellas incluiría lo mucho que dicen las canciones, la música, qué escuchas, en definitiva para definir cómo eres. De repente, empieza a sonar y es como si volase, como si esas letras se hubiesen escrito para mi, por mi, como si mi vida también pudiese cantarse. Y esto, amigos, es lo bonito de la música, cultura viva, escuchada, oída. Todas las canciones que escucho a diario suponen muchas de mis sonrisas, algunas de mis lágrimas, han tapado mis mayores anhelos y secretos. Son conocedoras de mi vida. Sus notas, se repiten una y otra vez en mi mente cuando necesito desconectar. Me llevan junto a personas importantes que conocí en mi vida, que hoy, por un motivo u otro ya no están y me unen más a los que tengo cerca. Me dejan volar libre, soñar; algo que hoy en día es tan sumamente difícil. Escriben por mi, se adueñan de mis dedos y mientras me cantan, mi cabeza no deja de producir.
Y es así, como he decidido retomar mi blog, que lo tengo tan abandonado, no por falta de historias, sino más de dedicación, pero qué mejor tema que la música para volver a abrir la puerta. ¿Quién no ha llorado con una canción? Y aunque nadie lo entienda, tú sabes perfectamente que esa canción trae consigo una persona, un lugar, un momento. No es esa música que bailas, o que cantas cuando estás bajo la ducha; es esa lista de canciones que son parte de ti, de tu diario, un libro visual que se escribe a través de lo que entra por tus oídos.
¡Gracias música por tanto!
Os dejaré, esta vez un enlace de una de las canciones que han marcado mi vida, no podría decir un sólo porqué porque sería difícil simplificarlo tanto. Pero entre otras cosas, porque esta canción me pertenece a mi, no es nadie. Soy yo. Muchos seguro lo entenderéis.
.Peter Pan, ECDL- https://www.youtube.com/watch?v=rCxLx_3T5GE