miércoles, 23 de febrero de 2011

" Lo más lejos, a tu lado"


No quiero marcharme.  Siento miedo. Hay algo que me dice que en cuanto me aleje de ti todo será diferente, perderá su color. Ya no habrá primavera sino invierno. Ni siquiera los olores me recordarán que eres tú quien me acompaña.
Te recuerdo ahí, mirándome en silencio; cuando sin hablar dices todo.  Quiero detenerte, pero aun así me quedo inmóvil. ¿Por qué no puedo pararte? Tengo que marchar, pero volveré pronto. Ni siquiera recuerdo el número de veces que mi alma ha llorado en las despedidas. Ni siquiera recuerdo el número de veces que en sueños te llamo y creo verte un instante, pero es sólo eso, un sueño.
Y ahí es cuando vuelvo a sentarme una vez más, mirando al infinito y esperando a que éste dé una respuesta cuerda  a mi tristeza. ¿Pero existe la cordura en este mundo? No. Ni en este ni en los venideros.
Vuelvo a sentir esa sensación de angustia que llena casi sin querer mis ojos de lágrimas, y ya ni siquiera la música me hace olvidar.
Es mi corazón quien necesita que vuelvas. No es sólo un sentimiento, es más que una necesidad. Es ese vínculo que une a las personas para siempre y que no puede romperse. Son mil recuerdos, una sonrisa, un primer te quiero y un te amaré para siempre. Es el pasado que ha compuesto el presente y son los sueños que iluminan el futuro.
Es un deseo de permanecer contigo el que se descompone cuando tengo que marchar. Y aun con todo ello sigo sintiendo cuando cierro los ojos que estás a mi lado.
Y es que me aferro a ese pequeño destello de imaginación que brilla en lo más hondo de mi memoria recordándote; formando esa retahíla de recuerdos que me hacen esbozar una sonrisa, aunque sea leve. Y con este mínimo detalle sé que podría esperarte hasta el fin de los días, simplemente porque te amo, y  es que sólo se ama una vez cuando es de verdad.