martes, 9 de abril de 2013

"Mi mitad"


2 de Julio de 1991. Tus primeros llantos. El eco de un curioso nombre ya resonaba en la habitación.
Yo, con tan sólo cinco añitos, ya había conocido a la persona más importante de mi vida. -¿Cómo puede ser eso?- te preguntarás. Pues bien, es muy sencillo. En el momento en el que abriste los ojos decidiste tenderme una mano que no me ha soltado jamás. 
Mi mitad, mi otra parte. El pensamiento que está unido al mío aunque estemos a miles de kilómetros de distancia. Mi hombro, mi sentir. La persona por la que daría lo que fuera aunque ese "fuera" supusiese un TODO. Si, un todo.
Ella, que lo da todo y que no pide nada a cambio.
Sus abrazos, a veces pueden llegar a rodear el mundo pues cuando te cubren es como si ya nada pudiese tocarte, ni pudiese hacerte daño. 
Yo, insegura, y en momentos tanto o más frágil que el más fino cristal protegida por un caparazón de tortuga. 
Tú amable, risueña siempre con una cajita de sonrisas para regalar a quien lo necesite. 
Gracias a la vida por haber permitido que tú llegaras, gracias por haberme regalado aquello que no puede comprarse ni con todo el oro del mundo. 
Gracias por haberme ofrecido un alma gemela, que, en los momentos en los que me confundo ha tendido su mano firme para decirme "corrige" pero con un cariñoso "sigue adelante". 
La palabra que mejor te define es, sin duda, "IMPRESCINDIBLE" y quien te conoce, seguro me da la razón. 
¿Quién sino que una hermana puede dar tanto?
Gracias, princesa.